Grace of Monaco
Olivier Dahan
Francia/Estados Unidos/Bélgica/Italia
2014
La película tuvo malas críticas y después de verla confirmé que todo lo que había leído era cierto.
Lástima, algunos elementos habrían dado para una buena película. Son los años 60, Francia está en plena crisis económica y pretende que Rainiero III colabore con la recuperación imponiéndole políticas fiscales restrictivas a los franceses residentes en Mónaco. El príncipe se niega y estalla una crisis diplomática entre ambos países de la que el pequeño principado difícilmente saldrá victorioso. Entonces aparece Grace, la hermosa y extranjera esposa de Rainiero. Grace viene de la realeza de Hollywood, quiere volver a actuar y se pone en contacto con Hitchcock para ello, pero cuando las cosas parecen ir bien se atraviesa la crisis. Grace entiende que ahora tiene deberes con su nuevo país, ella es la princesa y se espera que lo sacrifique todo por su pueblo. Y llora. Llora mucho. Quizá demasiado. Hay mucho, mucho drama. Las lágrimas de Grace rodando por las estiradas mejillas de Nicole Kidman –a quien no le cabe un centímetro cúbico más de bótox en la cara– le dan a la película un toque melodramático que le resta cualquier seriedad a la trama. Con tantas lágrimas y primeros planos, el dilema de Grace –su carrera o su matrimonio, su realización personal o su compromiso oficial– empieza a lucir banal. Entonces es inevitable pensar que sin importar su decisión sus opciones no son tan malas. Y si no son malas ¿por qué llora tanto?.
Si algo vale la pena, es el vestuario. Bellísimo. También me gustó ver a Paz Vega como María Callas.
M. Dolores Collazos